Eficiencia energética optimizada: los imanes de alto rendimiento maximizan la potencia del motor y minimizan la pérdida de energía, lo que mejora directamente el ahorro de combustible y la autonomía del vehículo eléctrico.
Control de precisión y seguridad: los sensores magnéticos permiten un monitoreo ultrapreciso de los sistemas de frenado, dirección y motor para un funcionamiento perfecto del vehículo.
Innovación compacta: los componentes impulsados por imanes reducen la complejidad mecánica, lo que permite diseños más livianos sin comprometer la potencia.
Sistemas Start-Stop y alternadores: Los imanes permanentes eliminan el desperdicio de energía en ralentí en los motores de combustión, lo que aumenta la eficiencia del combustible hasta en un 10%.
Dirección asistida eléctrica (EPS): Los motores basados en imanes brindan una respuesta de torque instantánea, reemplazando los sistemas hidráulicos para una dirección más suave y ecológica.
Gestión térmica: Las bombas magnéticas hacen circular el refrigerante en baterías y motores de alto voltaje, evitando el sobrecalentamiento durante ciclos de conducción intensos.
Sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS): sensores de posición magnéticos alimentan conjuntos de lidar, radar y cámaras para lograr una precisión submilimétrica en funciones autónomas.
Carga inalámbrica de vehículos eléctricos: las bobinas de inducción magnética permiten plataformas de carga sin contacto, lo que simplifica la recarga de combustible de vehículos eléctricos para los consumidores.
Aerodinámica activa: los actuadores impulsados por imanes ajustan dinámicamente el flujo de aire sobre los paneles de la carrocería, equilibrando la reducción de la resistencia y las demandas de enfriamiento a velocidades de autopista.